Si octubre fue el mes de incorporaciones en gama premium y avanzada al catálogo de Vodafone, con terminales como el Sony Xperia Z1, Samsung Galaxy Note 3 o Sony Xperia Z Ultra entre otros, noviembre ha sido el de la gama básica, con terminales como, por ejemplo, el Samsung Galaxy Express 2 y el Sony Xperia M de los que ya hablamos en un artículo anterior. Hoy seguimos repasando estas incorporaciones y le toca el turno a otras tres de la gama básica, el HTC Desire 500, LG Optimus L9 II y el Vodafone Smart 4G.

Comenzamos por la propuesta más potente de las tres. El LG Optimus L9 II es una acertada revisión del modelo anterior, empezando por su exterior donde se han estrechado ligeramente los marcos de la pantalla a la vez que reducido el peso hasta los 120 gr., lo que lo hace más agradable en la mano y acorde a los gustos actuales con unas dimensiones totales de 128.4 x 66.5 x 9 mm. También su pantalla mejora, con resolución HD (1280×720) pero manteniendo sus 4,7″ de diagonal, lo que le proporciona una densidad de 312 dpi.

En su interior un procesador de doble núcleo Qualcomm Snapdragon 400 a 1.4 GHz y GPU Adreno 305 acompañado de 1 GB de RAM y 8 GB de almacenamiento ampliables mediante MicroSD, especificaciones más que suficientes para la mayoría de los usuarios, que se completan con una cámara principal de 8 MP y secundaria de 1,3 MP. Asimismo dispone de tecnología NFC que permite, por ejemplo, su uso con Vodafone Wallet. Su sistema operativo es Android 4.1.2 (Jelly Bean).

Por su parte el Vodafone Smart 4G es, como su nombre indica, el único de los tres en incorporar tecnología LTE para conectarse a redes de última generación. También incorpora tecnología NFC y ha sido desarrollado por el fabricante chino Coolpad. A pesar de ser sensiblemente más grande y pesado que el Optimus L9 (134 × 67.1 × 10.2 milímetros y 153 gramos), su pantalla de 4,5″ es más pequeña y de menor resolución (960 x 540) por lo que se queda en 245 dpi de densidad.

Respecto al procesador, equipa como en el anterior de un Qualcomm, pero en este caso un Snapdragon S4 Plus a 1,2 GHz, al que acompañan 1GB de RAM y 8 GB de memoria interna ampliable. Su cámara principal es de 8 MP. Al igual que el L9 corre Android 4.2 Jelly Bean. Se trata en definitiva, de una forma económica de hacerse con un terminal 4G, pero por sus prestaciones es más que improbable que podamos aprovechar el potencial de estas redes, principalmente por la ausencia de pantalla HD.

Por último el HTC Desire 500 pretende ser un terminal compacto, pero con sus 131.8 x 66.9 x 9.9 mm y 123 g de peso es sensiblemente más grande y pesado que el Optimus L9 para albergar una pantalla de «sólo» 4,3″ y resolución 800 x 480 () frente a las 4,7″ del LG. Tampoco encontramos nada del aspecto vanguardista (clonado del ya obsoleto One X) o los materiales premium que se presupone a los HTC.

En el interior de nuevo nada especial, Android OS, v4.1.2 (Jelly Bean) movido por un procesador Qualcomm Snapdragon 200 (la gama más baja) a 1,2 GHz, con cuatro núcleos pero de la anticuada arquitectura Cortex A5, con gráfica Adreno 203. Se completa con 1 GB de RAM, habitual ya en esta gama, y 4 GB de almacenamiento que, por suerte, son ampliables mediante MicroSD. El único punto donde destaca en su categoría es el de las cámaras, siendo la principal similar a la del iPhone 5s, tanto en resolución (8 MP) como en tamaño del sensor (1/3.2» frente a los 1/3» del del terminal de la manzana). Sin embargo las limitaciones que impone el procesador sólo le permiten grabar vídeo 720p a 30 fps. También la cámara secundaria es de alta resolución con 1,6 MP.

En resumen, un terminal olvidable, tanto por su aspecto como por sus prestaciones (a excepción de su cámara). HTC debe ofrecer algo más que un refrito de sus diseños anteriores y un hardware muy justo para competir en una gama media-baja donde terminales como el Motorola Moto G o el Xiami Hongmi acabarán haciendo estragos.