En ocasiones cuando solicitamos una línea por primera vez en un operador, tanto alta de nuevo número como portabilidad del nuestro actual, nos encontramos con la desagradable sorpresa de que éste no nos admite como clientes. Aunque pueda parecer extraño, es algo bastante habitual y en ocasiones llega a resultar realmente molesto.
Es habitual, sobre todo en determinados ámbitos, atribuir el rechazo a que el cliente se encuentra en algún tipo de «lista negra», en particular por haber solicitado anteriormente portabilidades que no llegaron a finalizarse (la causa más habitual es haber recibido una oferta mejor de su actual compañía, lo que se conoce como amago de portabilidad). Sin embargo muchos de los clientes rechazados no tienen relación previa con la compañía.
El «Scoring» de clientes
En realidad el rechazo de clientes no se realiza según una «lista negra» sino que procede de lo que se conoce como «scoring» y es un procedimiento habitual no sólo en bancos y otras entidades financieras, sino en muchas compañías que operan a crédito, es decir, que como los operadores de telefonía, perciben el importe de sus servicios después de que son consumidos.
Habitualmente se realiza de forma automática mediante una aplicación informática que, en base tanto a los datos aportados por el cliente como otra información de que dispone, elabora un perfil de cliente y y le asigna cierto nivel de riesgo crediticio, ponderando determinados parámetros.
Esta información adicional puede provenir de múltiples fuentes. Por ejemplo, en España la CIRBE del Banco de España, gestiona una base de datos con prácticamente la totalidad de créditos, préstamos, avales, y otro riesgos de los clientes con las las entidades financieras. Además existen diferentes ficheros en los que es posible consultar la información relativa a impagos, como RAI (Informa D&B), Asnef (Equifax) y Badexcug (Xperian).
De hecho estas dos últimas proveen adicionalmente diferentes soluciones para el análisis de riesgos y evaluación del perfil de cliente. Por ejemplo Yoigo emplea la herramienta Transact SM de Experian. Esto no quiere decir que la aceptación se realice estrictamente en base al riesgo crediticio, de hecho es habitual que clientes con un historial impecable y sin una sola deuda sean rechazados.
Cada compañía pondera después el perfil de cliente, (no sólo el financiero) de la forma que considera adecuada a sus expectativas de ingresos y aquí si suelen entrar a considerar otros factores como la vinculación previa del cliente con la compañía, incluyendo solicitudes anteriores que no se llevaron a efecto.
El «reestudio»
Si, fruto de este perfil de cliente realizado de forma automática, se deniega la solicitud, se le suele ofrecer la posibilidad de un «reestudio», paro lo cual generalmente se le solicitará documentación adicional que garantice que se cumplan las expectativas de ingresos de la compañía. Además estas molestias extra suelen disuadir a aquellos que realizan un «amago» para obtener una mejor oferta en su compañía.
Lo primero que se suele pedir es uno o varios recibos recientes de nuestra actual compañía, lo que permite comprobar nuestro nivel de gsto y si nos encontramos al corriente del pago. También es habitual que se solicite algún recibo doméstico, tanto para cercionarse de la veracidad del domicilio y número de cuenta como de la existencia de una fuente de ingresos que permita hacer frente a las facturas. Cuando la solicitud se realizó vía web también suele pedirse copia de un documento de identidad.
Una vez aportada la documentación, se realiza otro perfil de cliente de forma personalizada y teniendo en cuenta el resultado puede que se curse la solicitud o se deniegue de nuevo. En algunos casos se le puede solicitar que constituya una garantía, normalmente por importe que puede llegar a varios cientos de euros.
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